Una vez más, gracias a Internet recibimos una magistral lección de comunicación efectiva. ¡¡Aaaaah!! Qué perfección. Qué minuciosa disposición de los elementos. Qué orquestación de detalles para erigir una armoniosa y perfecta pieza. Gracias, gracias y gracias por dejarnos lecciones de antropología como esta. Doblemente redondo. Good good.
Good good.
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